
Desde la perspectiva cognitiva, los procesos mentales como los pensamientos, la memoria y la resolución de problemas deben ser estudiados. El conocimiento puede ser visto como un esquema o como construcciones mentales simbólicas. El aprendizaje, de este modo, se define como un cambio en los esquemas del aprendiz.
Esta visión del aprendizaje surgió como una respuesta al conductismo: los seres humanos no somos “animales programados” que simplemente responden a los estímulos ambientales. Por el contrario, somos seres racionales que requieren participación activa para aprender y cuyas acciones son una consecuencia del pensamiento.
Se pueden observar cambios en la conducta, pero sólo como un indicador de lo que sucede en la cabeza de la persona. El cognitivismo utiliza la metáfora de la mente como un ordenador: la información entra, se procesa y lleva a ciertos resultados en la conducta.
Esta teoría del procesamiento de información, cuyo fundador fue el psicólogo americano George A. Miller, fue muy influyente en la elaboración de teorías posteriores. Discute cómo ocurre el aprendizaje, incluyendo conceptos como la atención y la memoria y comparando la mente con el funcionamiento de un ordenador.
Esta teoría se ha ampliado y desarrollado con los años. Por ejemplo, Craik y Lockhart enfatizaron que la información se procesa de varias formas (a través de la percepción, la atención, el etiquetado de conceptos y la formación de significados), que afectan a la habilidad para acceder a la información posteriormente.
Otra de las teorías relativas al aprendizaje dentro de la perspectiva cognitivista es la teoría cognitiva del aprendizaje multimedia de Mayer. Esta teoría afirma que las personas aprenden de forma más profunda y significativa a partir de palabras combinadas con imágenes que a partir de palabras únicamente. Propone tres asunciones principales respecto al aprendizaje multimedia:
- Hay dos canales separados (auditivo y visual) para procesar la información.
- Cada canal tiene una capacidad limitada.
- El aprendizaje es un proceso activo de filtro, selección, organización e integración de la información basado en el conocimiento previo.
Los seres humanos podemos procesar una cantidad limitada de información por un canal en un determinado momento. Damos sentido a la información que recibimos creando de forma activa representaciones mentales.
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